Últimamente está muy de moda hacer Currículums Vitae hiperactivos, hiperlinkeados, innovadores, multiplataformas, y así, suma y sigue: la lista puede ser interminable.
A pesar que en páginas especializadas se recomienda dar un toque personal al CV, poner, por ejemplo, si cocinas bien o te gustan las manualidades, la experiencia nos ha enseñado que acertar con el tono del CV es todo un arte.
Ejemplo: hace unos 5 años atrás postulé para un trabajo como diseñadora e ilustradora en una afamada tienda de diseño de cosas para el hogar chilena.
Quería mucho ese trabajo, y tuve la sensación de que si enviaba el clásico CV formal y gris, no tendría ninguna oportunidad.
Envié el de abajo, que comenzaba como se ve, y bingo! Me llamaron.
En este caso, lo arriesgado del CV tuvo un resultado positivo.
Cuando Marcelo quiso ofrecerse como docente en varios institutos profesionales y universidades de nuestra región, pensé que sería bueno repetir la fórmula y buscar marcar la diferencia con los otros profesionales que se presentaban al cargo.
Me equivoqué, rotundamente.
Con el CV que mandamos (abajo) no obtuvimos ni una sola respuesta.
Es decir, como dice el refrán: "es bueno el cilantro, pero no tanto"!!!
¿Y ustedes, tienen alguna historia de CV?