Paciencia.
Por ahora les dejamos una de las cajas que hicimos para Confites Merello el año pasado.
Se trataba de una caja bastante grande, pues contenía diferentes tipos de confites que se entregaron a los hijos de los trabajadores de una empresa como celebración del Día del Niño.
El Museo Artequín de Viña se sumó al proyecto, desarrollando un Concurso de Pintura para dichos niños y sus familias. Las bases del concurso venían impresas dentro de la caja.
Sin ánimo de ofender (y con ánimo de reflexionar): educar a un niño con valores especistas en los que se muestra a los animales como juguetes que hacen trucos para divertirnos, no es muy positivo...
ResponderEliminarDannyBoy, no me ofendo, al contrario, la reflexión me parece muy válida. La verdad, personalmente los circos con animales me entristecen profundamente y los evito... Pero cuando hicimos esta caja fue más bien una recreación de un mundo ficticio, en que los animales eran más bien actores y protagonistas. Como en los dibujos animados, en que hablan, piensan, van al supermercado, etc.
ResponderEliminarNo lo había pensado de esta otra manera. Gracias por escribir.
Entiendo, y no quería decir que fuese vuestra intención la de recrear la discriminación hacia los animales. Sin embargo, más allá de esa recreación que comentas, los circos con animales son exactamente iguales, y mostrar esa realidad a un niño bajo un prisma de diversión, no plantea la verdadera cuestión discriminatoria a los más pequeños.
ResponderEliminarUn saludo.
Querido DannyBoy: el antiguo dicho dice "errar humanum est". No hay versión para los animales, por algo será. Somos nosotros los que venimos a aprender algo, y nos equivocamos tantas veces en el camino, aunque nuestras intenciones sean buenas.
ResponderEliminarSólo puedo agregar que seguramente, gracias a tu comentario, la próxima vez que enfrentemos un trabajo donde aparezcan animales, ya no seremos los mismos.
Gracias por escribir.